jueves, 9 de julio de 2015

HASTA QUE EL REINO LLEGUE

Fanfic/Adaptación
Título original: ' Till Kingdom Come'  
Autora: Evangeline Anderson
Traducción por "Traducciones Homoeróticas"
LA HISTORIA NO ME PERTENECE, TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS A LA AUTORA

(Advertencias: Lenguaje fuerte)









CAPÍTULO UNO





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La noche era seca y tranquila, con el aire lo suficientemente fresco como para mantener a un hombre en las puntas de sus pies. Arriba, una luna menguante cabalgaba en lo alto del cielo, lanzando una luz fantasmal a los caballeros reunidos. Sin embargo, su armadura no brillaba con la luz de la luna. Estaba rayada y abollada, con un blasón o escudo de armas para que fuera visto. Intercambian palabras en las febriles marismas, son miembros del clan de las Montañas Blancas, ninguno de ellos verdaderos caballeros, y ninguno de ellos fue recibido con las mejores galas, honores, ni gloria. Sin embargo, tenían debilidad por el oro, y el rey del Castillo Negro, Kiho Black era conocido por pagar generosamente cuando estaba satisfecho con el resultado.


Buen tiempo para una incursión, pensó con amargura Siwon Black, ya que su caballo resoplaba suavemente debajo de él. Aunque no era tan inocente como las ovejas que estaban dormidas en el castillo ante ellos. Se había enterado que habían predicho que esta noche vendría el dragón. Pero eso no significaba que a él le gustase.


El Castillo Cho parecía silencioso debajo de ellos, su puente levadizo y su rastrillo estaban bajados, lo que planteaba una invitación. Siwon frunció el ceño. «Al igual que una muchacha ansiosa con las piernas abiertas». Los guardias de la puerta habían sido comprados y pagados durante las conversaciones de paz que el Rey Kiho había iniciado con la Reina Hana Trueheart.


Las conversaciones de paz, de hecho no eran nada más que una forma de exploración para saciar el hambre de poder del rey. Los Truehearts habían sido muy inocentes invitando al zorro a quedarse en su gallinero con los pollos. Pero a medida que negociaban, se habían confiado y estaban ansiosos de oír hablar de la paz más larga y duradera, que dejaría tranquila la frontera norte del reino. Era una lástima que el espectáculo de apertura y la buena fe debían acabar en muerte, pero de cualquier manera sería así.

Siwon tenía órdenes de su padre, el rey, no tomaría prisioneros. Los nobles del Castillo Cho eran conocidos porque eran brujos y brujas, y el rey Kiho no dejaría vivir sufriendo a una bruja. No es que él fuera un hombre piadoso, él no lo era. Ser mujeriego, beber y el juego eran más de su agrado que estudiar la palabra santa. Pero al comienzo de su reinado, una curandera había llegado al Castillo Negro y predijo su muerte a manos de los que ejercían la magia. Kiho había declarado la guerra sin demora a cualquier cosa antinatural, y así comenzó una purga en su reino que había durado hasta ese mismo día. Sólo para estar del lado seguro, la sabia mujer había sido la primera en ir a la hoguera. Lo siguiente fue no hacer prisioneros.

Aunque era reacio a una masacre de inocentes, Siwon sabía que esto iba a ser una noche sangrienta. Su hermano mayor, Yunho llevaba la carga, y a diferencia de su padre, era más frío y calculador, en el príncipe heredero había un deseo genuino de sangre. Los hombres no lo llaman la bestia Yunho por nada, su deporte favorito era reducir al enemigo por la garganta, mientras se lo follaba cuando lo había vuelto sumiso. Siwon lo había visto hacerlo en numerosas ocasiones, y sentía repulsión y asco mezclados. Yunho decía que la agonía de un enemigo caído era más erótico que cualquier coño apretado que pudiera envolver a su eje, y los gorjeos de un moribundo más agradables que los murmullos más dulces que pudieran salir de los labios de una mujer.

Siwon no compartía con su hermano las ansias de muerte. Sólo esperaba que él pudiera salvar lo que necesitaba de los estragos que Yunho haría esta noche. Se puso rígido por su resolución ante la idea.

«Tengo que salvarlo. Él tiene que vivir, no importa lo que cueste, no importa lo que tenga que hacer para mantenerlo a salvo».

Frunció el ceño de nuevo, cuando se ajustó la gola, que tiende a chirriar si no se engrasa correctamente. Junto con la camisa de cota de malla que llevaba, la placa metálica que rodeaba su cuello era toda la protección que necesitaba además de la diadema de hierro negro, anulador de magia que estaba asentada con firmeza en su frente. Dejó que otros caballeros se aferraran a sus cosas voluminosas, cascos grandes con lo que era imposible ver a través de ellos, por no hablar de la lucha. Siwon nunca había conocido a un hombre más rápido que él con una espada, por lo que no sentía la necesidad de dicha reclusión.

Su velocidad con la espada no era su único don. Él era musculoso y estaba muy bien formado, pero no en la forma abultada de Yunho y su padre. Se dijo que con su mirada de buen chico pelinegro de ojos azules casi llegando a negros, Siwon era más de la familia de su madre que de los descomunales Black. En cuanto a cualquier parecido entre él y su madre, Siwon no podía decirlo. Había muerto en el parto en el que él nació, un error que su padre nunca pudo o quiso perdonarle. No es que le importara mucho, si tenía el favor real. Era sólo un segundo hijo, con la buena salud de Yunho, era una certeza que Siwon nunca llevaría la corona. A menos que algo extraordinario sucediera.

«A veces tienes que hacer tu propia suerte. O como el Trueheart dice, tu propia magia».

Más adelante, Yunho dio la señal de ataque, y Siwon pateó al caballo vivamente y se lanzó hacia adelante con el resto de la plebe que su padre había contratado. 


Esta noche, podría hacer su propia magia, o morir en el intento.






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Kyuhyun Trueheart estaba teniendo una noche agitada.

Era un nuevo sueño, no podría dejarlo tranquilo.

«Espadas en la noche. El brillo y el choque del acero, el hedor de la sangre y el fuego y la muerte. Un gran dragón, con los ojos como llamas. Él conocía mi nombre y decía que yo el suyo también. Me habla de los días que están por llegar y de lo que debo hacer para resolver un enigma, pero no puedo escuchar más de la chimenea encendida. ¡Un castillo en llamas! Y luego unos ojos. Azules como el cielo nocturno, fijos mirando los míos. Una voz profunda en mi oído. Armas como el acero envuelven con sus bandas mi entorno. ¡Estoy atrapado! ¡No puedo perder!»

Se despertó de repente, temblando en la oscuridad. Por todos los Dioses, cada vez eran más fuertes. ¿Qué iba a hacer para dormir, si el producto que le había dado el médico de la corte ya no le hacía efecto? En ese momento él supuso que iría hacia la locura, y el reino tendría libertad para buscar a otro heredero, uno que fuese más apropiado al trono.

Kyuhyun extendió la mano para tocar la campana que conectaba su habitación con la de su madre... y la dejó caer, sin tocar la campana. No era un bebé de meses para pedir consuelo, no era un niño que necesitara el toque suave de su madre para volver a dormirse. Él era un hombre hecho y derecho, y aunque aún no poseía la magia que los nobles Trueheart tenían, aún podría representar el papel. Además, sabía lo que su madre le iba a decir.

»—Es sólo tu magia tratando de salir —le dijo ella, medio centenar de veces—. Tú tienes el poder en ti. Lo siento, Kyu. Pero está enterrado demasiado profundo como para salir sin causa alguna.

«Demasiado profundo para salir sin causa. Bueno, entonces nunca saldrá, pues nada de importancia sucede en el Castillo Cho».

No era que deseara que llegara la desgracia, pero podría ser algo bueno para que activara su magia, que la lanzara fuera de sí, si es que aún la tenía, que él lo dudaba mucho.

Kyuhyun dejó caer la cabeza sobre sus rodillas y pensó con nostalgia en los talentos de su primo Minho. Podía evocar cosas pequeñas y hermosas en el aire, como lindas aves, el arco iris y criaturas de ensueño. Pero al menos su capacidad era una prueba de que sangre Trueheart corría por sus venas. Kyuhyun no tenía ninguna prueba externa, a pesar de que su propia madre fuera la reina y la bruja más poderosa que la línea había producido jamás. Hasta su aspecto era extraño. Él tenía el pelo grueso, castaño y rizado que se encuentra en todos los de sangre Trueheart, pero sus ojos, sus ojos eran extraños. En lugar de ser de color cafés oscuro, eran de un oro pálido, un color, que nadie recordaba haber visto antes en un verdadero heredero de raza Trueheart.

«Un salto atrás es todo lo que soy. Un fiasco de la magia. Un nulo». Eso era lo que le llamaban, cuando ellos pensaban que no los podía oír. Kyuhyun había oído hablar a Minho sobre los visitantes del Castillo Negro el mes anterior, cuando habían venido a hablar de la paz. Se había celebrado un gran banquete, igual que cuando nacía un heredero. Kyuhyun se había visto obligado a bailar la Telaraña, una intrincada tracería de pasos que representa el poder y la diplomacia, y fue habilidoso en la pista de baile.

Tradicionalmente era un baile entre hombres, pero su madre, como gobernante soberano de su pequeño reino, hubiera bailado con el rey Kiho y dijo lo mismo. No temía a nadie y exigió el respeto de igualdad ante cualquier hombre con el que se cruzara. Pero el rey Black había sacudido la cabeza y dijo con falsa alegría:

»—No, mi Señora. No profanemos el baile. Permita a nuestros hijos que hagan los honores en nuestro lugar.

Kyuhyun se había horrorizado al principio, temiendo que tendría que hacer el elegante e íntimo baile con el mayor de los herederos Black, Yunho la Bestia. Le dio miedo, incluso lo podría haber tenido cuando hubiera querido y ni alguien con el doble de magia que su madre lo hubiera podido detener. Pero el hombre, grande como una montaña se había reído y saludó a su hermano menor, el de los ojos fríos, el del cabello de ébano, el Príncipe Siwon, para que bailara en su lugar.

Cerrando los ojos Kyuhyun comenzó a recordar aquella noche...

De pie en medio del gran salón, las botas plantadas firmemente en los muchos mosaicos de colores, el joven príncipe Black se veía centímetro a centímetro tan mortal como su hermano mayor. Pero mientras Yunho era un toro, listo para cargar, Siwon recordó a Kyuhyun a un halcón, veloz y letal cuando ataca. Probablemente no era más de dos o tres años mayor que Kyuhyun, que tenía dieciocho años, pero había un aire amenazante de peligro sobre él, que hablaba de una larga experiencia.

Los anchos hombros de Siwon estaban cubiertos de un manto carmesí, y en su frente, por debajo de una cubierta de pelo negro y brillante, descansaba una diadema de hierro negro anulador de magia.

El rey Kiho y Yunho la Bestia usaban coronas similares para protegerse de lo que Kyuhyun había oído llamar “actos contra natura y las artes oscuras”. Por un momento le hubiera gustado tener un poco de magia para poder probar la eficacia del metal negro. ¿Podrían realmente desviar un hechizo de los que se hacen para reclamar? ¿Y los Black tenían tanto miedo a la magia, que no se quitaban los aros negros, incluso cuando dormían?

»—¿Querrías bailar? ¿O es que no te atreverías a bailar la Telaraña conmigo? —la profunda voz de Siwon rompió su tren de pensamiento, y Kyuhyun vio cómo la mirada depredadora del príncipe Black se centró directamente en él. Incluso la presencia del hombre le recordaba a un halcón, la aguda nariz de cuchilla, ojos azul noche que parecían penetrarte con solo mirarte. Y a juzgar por la mirada intensa de aquellos ojos, Siwon debía haber visto a Kyuhyun como a un ratón, la presa natural del halcón.

»—No temo a nada —enderezó su columna vertebral, se deslizó hacia adelante, asumiendo el desafío implícito. Siwon le tendió la mano, y Kyuhyun la tomó, entrelazando sus dedos con valentía emparejándose con el hombre, el de la mirada que esperaba que fuera feroz—. Así que venís a pedir la paz —dijo mientras los músicos cortaron y comenzaron a tocar la sensual melodía, que fluía.

Siwon soltó una risa, levantando una ceja oscura con desprecio.

»—Apenas eso.

»—Vinisteis con la bandera blanca bajada —señaló Kyuhyun con irritación. 

Sin preguntar, Siwon había tomado la delantera en la danza, presionando su amplio pecho con el estrecho pecho de Kyuhyun y mirando hacia abajo desde una altura varios centímetros por encima de la de Kyuhyun, con su modesto metro ochenta. Estaban tan cerca, que Kyuhyun podía olerlo, una mezcla de sándalo, piel limpia y algunas especias oscuras que no podía nombrar.

»—Lo hicimos —admitió Siwon y giró a Kyuhyun sin previo aviso. El hombre debía haber tenido la esperanza durante el viaje de que KyuHyun tuviera magia, pero Kyu no la tenía, en su caso tenía la gracia Trueheart. Saltó ágilmente, haciendo el giro en un movimiento de poder y aplomo que atrajo suspiros de apreciación en los cortesanos allí presentes. Pero antes de que pudiera utilizar el paso a su ventaja y tomar la delantera, Siwon lo recogió en sus brazos y tenía el ceño fruncido hacia él de nuevo.

»—¿Por qué vinisteis si no queréis hablar de paz? — Kyuhyun exigió, deseando poder liberarse de la mano de hierro del hombre que lo miraba indignamente.

»—Digamos que hemos querido aprender acerca de tu pequeño reino. — Siwon le dio esa pequeña sonrisa fría, de nuevo sin sentido del humor—. Después de todo, no hay responsables de magia en todo nuestro reino. Eso en sí mismo es razón suficiente para sentir curiosidad por un país lleno de ellos.

»—No tenéis brujos porque los perseguisteis a todos —espetó Kyuhyun. Finalmente escapó de las manos del hombre nuevamente al ritmo de la música—. He oído que los quemáis en la hoguera.

»—Nunca. La pira de las brujas del Castillo Black carece de leña —admitió Siwon, entrelazando los dedos de nuevo y poniendo un brazo alrededor de la cintura de Kyuhyun—. Mi padre no tiene amor por aquellos que practican las artes oscuras.

»—No toda la magia es oscura —protestó Kyuhyun, cuando doblaban y giraban juntos de nuevo. Tuvo que admitir que Siwon fue irritante, pero al menos fue un digno compañero de baile. Nunca había sabido los pasos de la Telaraña, pero con él venían más fácilmente, y Kyuhyun se lanzó a ellos con confianza, sabiendo que el hombre tenía la fuerza para atraparlo, incluso durante los movimientos más difíciles.

»— ¿Así que tu familia practica sólo la buena magia? —Siwon levantó las cejas provocándolo de nuevo.

»—La magia no es ni buena ni mala, lo que importa es la intención de quien la ejerce. El hecho de que la practiquemos, no nos hace demonios —dijo Kyuhyun con frialdad.

»—He oído que tú no practicas la magia en absoluto. ¿Tú eres lo que ellos llaman un Nulo, no? —el rostro de Siwon parecía inocente de delito, pero su profunda voz era burlona.

Kyuhyun sintió como se le apretaba la mandíbula.

»—No soy yo, en particular, hablo de mi familia en su conjunto. No somos trolls que viven en cavernas evocando demonios en la media noche. La magia de los Trueheart viene de la sangre de las hadas que fluye por nuestras venas —utilizó un giro de la danza para lanzar un codazo a su compañero en las costillas con todas sus fuerzas, pero Siwon apenas hizo una mueca. 

Kyuhyun frunció el ceño. Golpear al príncipe Black, era como hincar el codo en un hierro macizo que aunque poseía un rostro gentil era igual de letal que cualquier depredador.

Siwon parecía divertido por su asalto.

»—Sangre de hada en vuestras venas, ¿eh? No me extraña que tengas rasgos finos. Partiendo de un par de extraños ojos color dorado como los tuyos —levantó una mano y rozó encima del pómulo de Kyuhyun con la yema de sus dedos, una caricia sorprendentemente suave.

El ligero toque hizo que un rubor de ira apareciera en la cara de Kyuhyun. ¿Cómo se atrevía el muy bastardo de los Black a hacer gestos amorosos para que todos lo vieran? La Telaraña era una danza diplomática. El intento de seducir en la complejidad de las medidas era una falta grave. Pero él no era de los que dejaban pasar un reto. Crecer sin magia en un hogar lleno de brujos no le había hecho nada, nada más que hacerlo resistente a los insultos y por ello tenía una lengua muy afilada para defenderse.

»—No todos pueden tener las características toscas de un Black, mi Señor —murmuró con dulzura, aunque sabia que Siwon de tosco sólo tenía el humor. Aprovechando un paso especialmente complicado, le extendió la mano y dio un beso suave en los labios llenos de Siwon, devolviéndole el insulto anterior. Se dio la vuelta a medida que el príncipe enojado lo alcanzó, y justo en ese momento la música se detuvo y puso fin a la danza.

Kyuhyun se inclinó ante el estrado donde su madre y la familia real, estaban sentados con la delegación del Castillo Black. La cara del rey Kiho era suave, y la expresión de la cara de Yunho era como una nube de tormenta. La madre de Kyuhyun parecía preocupada. Él le lanzó una mirada de triunfo, enarcando las cejas, con una sonrisa burlona en su rostro. No había duda de que había sido el mejor en la danza y la ganó. Kyuhyun se deleitaba en su momento de triunfo.

Se volvió para salir de la pista de baile, pero una mano cruel le agarró el brazo, y de repente él estaba otra vez con Siwon pecho con pecho.

»—Esto no es más que el principio pequeño príncipe —gruñó Siwon, sus ojos de halcón se estrecharon—. Te he estado observando. No acerté al principio, incluso con tus ojos de Hada. Pero ahora lo sé, tú eres el único.

»—¿El único qué? —Kyuhyun miró con confusión.

»—No te preocupes. Lo sabrás muy pronto —los dedos de Siwon seguían agarrados en su brazo.

»—Tal vez no se ha dado cuenta, mi Señor, pero el baile ha terminado. —Kyuhyun hizo que su voz fría pareciera cortés. Se negó automáticamente al agarre del hombre más fuerte, y prefirió irse con lo que sin duda en la mañana serían contusiones por la pérdida de dignidad. Tampoco era tan estúpido como para retar a Siwon, el príncipe Black, era conocido como un espadachín mortal, y Kyuhyun había pasado mucho más tiempo en la biblioteca que en el campo de entrenamiento.

Por último, Siwon lo liberó.

»—La próxima vez que nos encontramos, es posible que tengas motivos para que lamentes tus acciones de esta noche aquí —advirtió.

»—Estoy seguro de que lloraré lágrimas de dolor, por cualquier daño que te haya causado. —Kyuhyun dijo a la ligera. Dedicándole una sonrisa burlona a Siwon, le dio la espalda y se dirigió a la multitud de señores y señoras que estaban esperando para la danza. La noche había sido un gran éxito, y estaba contento de haber demostrado que un noble Trueheart no necesitaba de la magia para ser mejor que un BlackLee.










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Kyuhyun abrió los ojos en la oscuridad de su habitación y suspiró. ¿Por qué su mente seguía indagando en esa noche otra vez? Probablemente porque era la cosa más emocionante que podía recordar que hubiera sucedido entre las aburridas paredes del Castillo Cho. Pero no, al parecer, lo suficientemente emocionante como para despertar algo mágico en él. ¿Qué haría falta para conseguir eso? 


Acostado con la cabeza sobre la almohada, Kyuhyun cerró los ojos y trató de descansar. No más sueños. No más pensamientos sobre Siwon o el resto de las bestias Black. «Sólo duérmete», él imploró a su cerebro. Pero justo en el momento en que sus párpados se cerraron a la deriva, oyó un grito de mujer. 


Era su madre.








Continuará...



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martes, 30 de junio de 2015

HASTA QUE EL REINO LLEGUE

Fanfic/Adaptación
Título original: ' Till Kingdom Come'  
Autora: Evangeline Anderson
Traducción por "Traducciones Homoeróticas"
LA HISTORIA NO ME PERTENECE, TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS A LA AUTORA
(Que de hecho es mi autora favorita, yo sólo adapto su historia para satisfacer a mis Whishpers Shippers. Gracias por su apoyo, lindas)








PRÓLOGO




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En tiempos de misterios y magia, un hombre está tratando de encontrar su destino. El príncipe Siwon Black está en una misión arriesgada para capturar al único que puede ayudarle a conseguir su venganza y hacerlo grande.

El príncipe KyuHyun Trueheart se siente vacío, un noble de la real familia Trueheart que no tiene magia propia. Renunció a una vida de oscuridad, su mundo entero se ha vuelto del revés la noche en que Siwon llegó por él...

Después de que el príncipe de Black lo reclamara de una manera en que KyuHyun no lo puede perdonar, él lo secuestra y lo arrastra de nuevo al pozo de serpientes al que suele llamar "hogar"...El Castillo Negro.

Siwon está completamente seguro de que KyuHyun lo odiará eternamente, y tampoco culpa al otro hombre de hacerlo. Sin embargo, él está hambriento de amor por KyuHyun y hará cualquier cosa para ganárselo, incluso si esto significa ir en contra de su brutal hermano que también lo reclama para sí mismo y su tirano y despreocupado padre. Pero ¿Podría KyuHyun corresponder a sus sentimientos o será incapaz de perdonar el delito de Siwon? Tendrá que decidirse pronto debajo del oscuro y peligroso Castillo Negro, en el que se encuentra un secreto que abrirá la magia de KyuHyun y un enigma mortal que pondrá tanto su vida como la de Siwon en peligro.







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jueves, 25 de junio de 2015

Sometime in China


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A veces dicen que la vida da vueltas, que todo lo que haces, se te devuelve con creces. El tan conocido Karma... Vaya tontería, sin embargo, no podía hallar otra explicación para lo que pasaba conmigo ahora. 


Durante tanto tiempo, más de tres años que me la había pasado siendo un completo imbécil. Comportándome como un chiquillo al que le gustaba la atención, siempre haciéndolo rogar por mi, haciéndolo sufrir por mi... Cuando en verdad lo amaba... Cuando en verdad lo necesitaba y nunca se me ocurrió que algún día no estuviera junto a mi. Pues bien, ese día había llegado, y yo, Cho Kyuhyun, me hallaba en un avión, volando directamente a China para tener un par de palabras con aquel Hyung que siempre me perseguía y me cuidaba, y que ahora sus atenciones sólo las brindaba a su "esposa"... Esa china flacucha...



Así es. Yo, Cho KyuHyun estaba celoso. Demasiado celoso como para dejar de lado el maldito orgullo y correr tras de Hyung... Mi Hyung.



Maldita LiuWen y maldito programa del demonio. ¿A caso así se había sentido él cuando yo hice el WGM? Tan devastado... Con un constante nudo en la garganta ante lo que podría pasar luego... Yo.. Yo siempre supe que él estaría para mi, pero nunca antes le había dado señal de corresponderle más allá de un simple juego de fanservice.

Ahora sabía lo doloroso que habían sido todos estos años para él.


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Tomé el primer taxi que hallé, con mi maleta a cuestas. Sabía que se estaba alojando en nuestro departamento cuando veníamos por las promociones de SJM. Pues bien, el plan era sencillo. Esperaría a que llegue y luego hablaría con él de forma tranquila. Algo muy poco elaborado, pero que esperaba, funcione. La cuestión era que no tenía idea de qué decirle para que me entienda, para que me escuche. 



Choi Siwon siempre era claro y sincero con sus palabras. Y poco antes de que empiece a filmar ese programa me había dicho de esa forma tan suya, que se rendía.


<<No voy a perseguirte más, no consigo nada, Kyuhyun>>
... Cómo había dolido no escuchar su "Kyu-ah" ... 

<<Voy de viaje a China, así que eso supondrá que no voy a molestarte en un buen tiempo. Espero que cuando nos volvamos a ver, podamos ser de nuevo Hyung y Dongsaeng, como siempre debió ser>>
... Me había quedado sin aire por sus palabras, y cuando me dispuse a hablar, él ya no estaba junto a mi.

<<Yo no quiero que te vayas...>> Mi pobre susurro había hallado el camino a través de mis labios demasiado tarde...

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Entré al departamento, notando de inmediato que no estaba vacío. Mi corazón dio un vuelco, no esperaba tener que enfrentarlo tan rápido. Pese a ello, me dirigí a la cocina, donde oía más ruidos. Dejé mi maleta en un sofá antes de acercarme y ver qué hacía mi Hyung. Cuál fuera mi sorpresa al verlo tomando de la cintura a LiuWen, mientras le ayudaba a batir un bol de harina y huevos. Ambos sonriendo, ambos divirtiéndose... Ambos burlándose de aquel triste latido que inundó mi corazón, de aquellas lágrimas que hicieron lo mismo con mis ojos.


Las llaves que tenía en las manos cayeron estrepitosamente cuando salí corriendo hacia mi habitación. Dolía. Dolía demasiado ver que lo estaba perdiendo. No pude evitar derrumbarme en mi cama, dejando escapar mis lágrimas bajo la tenue luz del anochecer que se colaba por las ventanas.



¿Minutos? ¿Horas? No sabía cuánto tiempo había pasado desde que llegué a mi cama, sólo sabía que ya era de noche y mis ojos estaban secos y enrojecidos, así como mi nariz. "Cho KyuHyun, eres patético" decía mi subconsciente, sin embargo, no podía tener más que la razón. Yo era un patético niñato que no había logrado aceptar de buena gana que estaba enamorado de mi Hyung favorito. Ahora él podía ser feliz con otra persona.


Acababa de entender eso. Todo el asunto del programa sólo era una pantomima para que él pudiera empezar con una nueva vida sin tener que sufrir por mí. Él me lo había dicho claramente. 


—Kyuhyun— Su voz suave me hizo pegar un brinco en la cama. No me había dado cuenta de en qué momento Siwon había entrado y se había sentado al pie de mi cama. 



—Siwon Hyung— Pronuncié luego de unos segundos, tratando de controlar bien mi voz. —Disculpa por... bueno, por interrumpir ahí, lo que sea que hacían, yo...— Decidí dejar de balbucear, ya que claramente mi voz se oía rota. Hundí el rostro en mi almohada, sintiendo de nuevo las lágrimas corriendo desde mis ojos.



—¿Por qué estás aquí?— Me preguntó y al oír ese tono de sorpresa y negación al mismo tiempo, no pude evitar explotar en un mar de sentimientos contenidos desde hace más de tres años. Solté aquella almohada y lo miré lentamente a los ojos, viendo borroso por las lágrimss acumuladas. Me guindé de su cuello y cerré toda distancia para depositar un beso torpe e impulsivo en sus labios. De inmediato mi corazón vibró en mi pecho y me di cuenta de cuánto había anhelado besarle así. 



Sentí su cuerpo rígido, tenso ante mi agarre y mi inesperada acción. Yo no quería sentirlo así. Quería sentir que me abrazaba, que me apretujaba entre sus fuertes brazos hasta dejarme sin aire. Quería sentir sus manos vagando por mi cintura, incitándome a acercarme cada vez más, rozando la indecencia entre nuestro abrazo. Quería sentirlo llenando mi boca con su cálida lengua, capaz de hablar con su sabor y hacerme sentir amado con sólo un beso. 



Eso era. Quería seguir sintiendo que me amaba. Que no me dejaría por ella ni por nadie. Que su corazón jamás me había abandonado como lo hizo su cuerpo hace más de un mes que había iniciado aquel programa.
Perdí las fuerzas y corté mi negado beso para hundirme en el hueco de su cuello y hombro, mordiendo mi labio inferior para reprimir los sollozos. No supe en qué momento lo había arrastrado conmigo, cayendo de espaldas en la cama, con su firme torso aplastando el mío tembloroso. "Al menos lo sientes ahora quitándote el aire de nuevo" pensé cínicamente.


—Kyuhyun...— Mi nombre de nuevo, pronunciado de forma tan fría, alejándose de mi. Me aferré a él, quedando ambos de costado, frente a frente... no podía ser. No me resignaba a perderlo sin luchar.


—No soy KyuHyun. No quiero ser sólo Kyuhyun para ti. Soy tu Kyu-ah, soy tu bebé, soy la persona a la que debes tomar de la cintura, a la que debes dedicarle cada una de tus sonrisas. Soy la única persona que puede adorar tus hoyuelos y ese lunar en tu nariz. Soy el único al que puedes enseñar a hacer pasteles y el único al que puedes limpiar cada rastro de sirope de chocolate de su rostro con un beso. —Recordé cómo me ponía nervioso cuando hacía eso, y cómo lo alejaba de un manotazo. Sollocé más fuerte —Quiero ser el único al que abraces fuerte por la espalda y sonrías susurrándome al oído que soy tierno. Quiero ser el único al que puedas mirar de esa forma tan intensa que electrifica cada nervio de mi cuerpo. Quiero ser yo quien se cuelgue a tu espalda cuando siento que no me miras por más de unos minutos, quiero ser yo a quien abraces cuando te quedas dormido en mi cama luego de susurrarme mil y un veces hasta convencerme de cantarte para que te duermas. Quiero ser yo quien diga "Won Hyung" y de inmediato te des la vuelta a mirarme.— Se me partió la voz por el llanto, sentía mi corazón estallando y regando cada palabra que no pude decir por tanto tiempo. —Hyung, No le digas a nadie más lo que me dices a mi. No beses a nadie más con la adoración con la que me besas a mi, aunque sólo sea en mi mejilla. No des de comer a nadie más en la boca, no bebas vino con nadie más que yo, no pienses en que seamos Hyung y Dongsaeng nunca más, ¡¡¡No te rindas conmigo, Hyung!!!— Chillé y me aferré a sus hombros, abrazándolo para tenerlo así de cerca mío aunque sea por última vez, aunque no pueda verlo a través de mis gruesas lágrimas. 

—Pese a que fui todo un imbécil contigo, no quiero que me dejes porque te amo y nunca tuve valor para decírtelo. —susurré temblando. 

Los instantes de silencio, sólo roto por mis sollozos ahogados en su pecho, que siguieron a mis palabras, fueron como la muerte en vida. Había puesto finalmente mi corazón en manos de Choi Siwon, como debió haber sido hace más de tres años.


—Gracias, Kyunnie— Susurró en mi oído antes de apretarme contra su cuerpo, y en ese instante grité de la felicidad. —Kyunnie, Kyunnie, Kyunnie, te amo tanto, nunca te dejaría, Bebé, nunca te olvidaría ni intentaría cambiar lo que me haces sentir —Comenzó a recitar, besando mi oído, mi mejilla y cuello, llevando sus manos eternamente cálidas a mis heladas mejillas por el llanto, despejando mi vista para contemplar en su rostro la más espectacular sonrisa, enmarcada por sus hoyuelos, y sus ojos hipnóticos manchados por dos pequeñas gotas saladas también.



No hubo necesidad de más palabras y cerré los ojos entreabriendo los labios expectante. No esperó para besarme de la manera más dulce y gentil que podía. Saboreé sus labios suaves y perfilados, sintiéndome en el mismo paraíso, sintiéndome tan tonto por no haberme dado cuenta mucho antes de que este era mi verdadero lugar. Mi cuerpo perdido entre sus brazos y mi aliento siendo robado por su boca. 



Suspiré luego de aquel beso y hundí de nuevo el rostro en su pecho, sintiendo una de sus manos acariciar tiernamente mi espalda y la otra hundirse en mi cintura, apegando mi cuerpo al suyo como si fuéramos uno sólo. Sonreí contento al saber que ahora era así. 



—Te amo, Kyunnie— Habló en mi oído. 



—Te amo, Won Hyung— Susurré contra su pecho, sintiendo mí corazón latir fuerte, corroborado mis palabras.



— Ahora lo sé, bebé... ahora lo sé—



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domingo, 29 de marzo de 2015

De Doramas y Susurros

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Cho Kyuhyun estaba tendido en su cama, rodeado de muchas almohadas. Miraba fijamente el oscuro techo de la habitación en la que se hallaba. Viajar con SuJu M a China siempre había sido algo que le causaba ilusión. Aquel cambio de aire, la sensación de hacer un poco de turismo, conocer lugares nuevos, dormir en hoteles… Dormir con aquella persona precisamente… Algo que ya no solía pasar muy seguido desde que el otro estaba concentrado en sus kilos de doramas y demás.

Suspiró frustrado, alejándose de la cama de Siwon luego de estar casi dos horas sentado, mirándolo dormir. ¿Por qué su hyung era tan guapo? Todo el rato se la había pasado bomba picándole la mejilla para que le hiciera caso, pero él sólo fruncía los párpados y continuaba durmiendo con una leve sonrisa que le marcaba los hoyuelos.

—Babo— musitó en la oscuridad antes de lanzarle una de sus almohadas en plena cara, logrando que el pobre Siwon despertara de golpe. Se sentó al darse cuenta.

—¡Hey!- exclamó medio dormido aun Siwon, tratando de enfocar a Kyu en la oscuridad. — ¿Por qué fue eso, Kyu? - preguntó parpadeando confuso y encendiendo la pequeña lamparita de noche. Lo que vio, no se lo esperaba.

Kyu se hallaba sentado en su cama, con un leve puchero en los labios mientras lo miraba con reproche.

—¡Hyung! Duermes demasiado y ya no tienes tiempo para consentir a tu dongsaeng. Eres un mal Hyung— proyectó su labio inferior hacia delante un poco más. Siwon tragó en seco antes de acercarse a su pequeño y envolverlo entre sus brazos, apoyando la cabeza del menor en su pecho.

— Disculpa, Kyunnie. Sabes que llego bastante cansado luego del horario...— trató de excusarse, pero el menor lo empujó y se echó en su cama.

— No tienes tiempo para mí, ya no te importo, ¿verdad, hyung? — se encogió haciéndose bolita en la cama. Estaba actuando tan infantilmente, lo sabía, pero no podía evitarlo. El mayor lo miró sorprendido

— ¿Kyu, estás haciendo un berrinche?— pregunto un poco divertido, acariciando con cariño la espalda del pequeño. Él sólo asintió, hundiendo su cabeza en la almohada.

— Babo Hyung— susurró mordiéndose el labio. —Babo…— Si tan solo no estuviera ocultando tantos sentimientos por aquel largo tiempo, tal vez podría dejar al otro descansar tranquilo, tal vez podría mirarlo y sonreír sinceramente, tal vez podrían ser realmente como hermanos, tal vez no sentiría una puñalada en el corazón cada vez que su hyung actuaba en doramas con escenas demasiado románticas…

— Kyunnie, bebé, mírame- pidió el caballo jalándole del brazo para que se diera la vuelta. — mírame, por favor— logró hacerlo voltear y se sorprendió aún más de ver lágrimas en los ojitos de su dongsaeng. Él nunca lloraba. Nunca se comportaba así.

— Kyu, ¿qué ocurre, pequeño? - preguntó Siwon limpiando las lágrimas del rostro del menor, quien se limitó a morderse el labio inferior fuertemente. Kyuhyun sabía que no debía contestar. Pese a que ansiaba tanto poder decírselo, poder abrazarlo y acariciar su piel... Poder besarle a los labios y decirle que desde hace tanto tiempo estaba enamorado de él...

— No es nada, Hyung. Sólo que siento que ya no me cuidas como a tu dongsaeng...— susurró ignorando el dolor de su corazón partiéndose. Sabía que no podría jamás ser correspondido, pues era un sentimiento incorrecto. Algo malo. Algo que no debía existir...

— Kyu...— la voz levemente raposa de su hyung lo trajo de vuelta a la realidad, así como sus suaves manos acariciando con ternura su cabello.
Ahí, a la luz de sólo una pequeña lamparita, Kyuhyun se sentía cobijado y querido por el hombre que amaba tanto.

— Hyung, no me dejes solo esta noche. Ya no lo soporto. Te prometo que mañana todo volverá a la normalidad... Pero esta noche, abrázame y no me sueltes— susurró acariciando con su mano temblorosa la del mayor que se mantenía en su cabeza.

Siwon sintió su corazón encogerse de ternura al oír tan sumiso a su pequeño dongsaeng favorito. Todas sus palabras dulces... Sonaban como si el pequeño estuviera a punto de perder algo valioso. Con determinación, abrazó fuertemente al menor, cobijándolo en su pecho con dulzura, protegiéndolo de lo que sea que temiera.

— Estoy aquí, Kyu. Estoy aquí para ti— susurró sobre sus castaños cabellos, aspirando el suave aroma del pequeño. — te quiero, Kyunnie— lo dijo de corazón... Lo dijo de verdad. Dándose cuenta de aquel sentimiento que albergaba en su interior. El por qué era su favorito, por qué soportaba todas sus bromas y desplantes, por qué sentía miedo de que el menor sufriera ahora... — Kyunnie... Te amo— susurró, queriendo que el menor lo supiera, aunque nunca entendiera realmente que estaba enamorado de él.

Kyuhyun mordió su labio una vez más, al oír aquello que deseaba escuchar con el alma. ... ¿Debería arriesgarse? Lentamente elevó su cabeza, mirando directamente hacia los ojos de su Hyung, esos ojos que cautivaban a miles de fanáticas… y claro, a él.

— Te amo yo tambien, Siwon Hyung... Te amo desde que te conocí... - susurró y con el miedo de perderlo después, se acercó y rozó castamente sus labios con los del mayor, ofreciéndole su corazón y todo su ser en un dulce beso.

El corazón de Siwon pegó un salto al darse cuenta de que no estaba imaginando ese contacto. No era así. El menor realmente estaba besándolo. Se regocijó de inmediato, correspondiendo más ansiosamente el dulce beso. Con ternura, pero persistentemente, modeló con sus labios los carnosos del menor, tratando de hacerle entender cuán importante era para él.

— Kyu...— susurró después de separarse unos milímetros para respirar- Kyunnie, quiero estar contigo por siempre— susurró sin querer romper la paz del momento. Kyuhyun supo entonces, que sus sentimientos eran correspondidos se abrazó con más fuerza al mayor, suspirando alegremente.

— Hyung, gracias— Susurró también, sintiendo los latidos vehementes de su corazón junto a los de Won.

Después de todo, el maknae nunca esperó que su hyung fuera débil ante su propia dulzura.

Después de todo, Siwon supo que detrás de su máscara arrogante, Kyu escondía un dulce niño anhelante de cariño.

—Te amo— susurraron juntos antes de caer a los brazos de Morfeo.
En esa dulce noche....





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Primer OneShot de prueba ^^ Por favor, denle amor. Normalmente no me sale un Kyu tan dulce, suelo describirlo más frío y evil, sin embargo, todos tenemos esos momentos nocturnos en que los secretos ocultos nos sobrepasa, ¿verdad? ^^